3.2.07

MATEMOS TODOS A CONSTANCE


ERA UNA NOCHE oscura y tormentosa.
¿Es ésa una manera de atrapar al lector?
Bueno, era entonces una noche tormentosa con una lluvia oscura que calaba hasta los huesos en Venice, California, y los relámpagos hacían añicos el cielo. Llovía desde la puesta del sol y todo indicaba que llovería hasta el amanecer. Ninguna criatura se movía bajo ese diluvio. Las persianas de las casas estaban bajas, tapando luces trémulas donde las aves noctámbulas velaban noticias malas o peores. Lo único que se movía bajo aquella catarata, hasta diez kilómetros al sur y diez kilómetros al norte, era la Muerte. Y alguien que corría a toda prisa escapando de la Muerte.


Ray Bradbury

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