2.2.07

El péndulo de Foucault


Fue entonces cuando vi el Péndulo. La esfera, móvil en el extremo de un largo hilo sujeto de la bóveda del coro, describía sus amplias oscilaciones de isócrona majestad.

Sabía, aunque cualquiera hubiese podido percibirlo en la magia de aquella plácida respiración, que el período obedecía a la relación entre la raíz cuadrada de la longitud del hilo y ese número pi que, irracional para las mentes sublunares, por divina razón vincula necesariamente la circunferencia con el diámetro de todos los círculos posibles, por lo que el compás de ese vagar de una esfera entre uno y otro polo era el efecto de una arcana conjura de las más intemporales de las medidas, la unidad del punto de suspensión, la dualidad de una dimensión abstracta, la naturaleza ternaria de pi, el tetrágono secreto de la raíz, la perfección del círculo.
Umberto Eco

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6 comentarios:

Blogger Queso y aceitunas ha dicho...

Dios mío, "El Péndulo de Foucault". Me lo prestaron y nunca lo devolví...

Ni comprendí...

Eso me pasa por leer libros en momentos o a edades equivocadas.

2/2/07  
Blogger Leox ha dicho...

jjaa ami me paso lo mismo con el el libro claro que lo devolvi ,espero que cuando lo tome de nuevo me guste

2/2/07  
Blogger dsdmona ha dicho...

Es un libro para leer sin prisa, dejándote envolver por él y cuando ya estás metido dentro es cuando lo entiendes realmente.

2/2/07  
Blogger Queso y aceitunas ha dicho...

También las citas en hebreo?

5/2/07  
Blogger Inspeculum ha dicho...

Disculpen, pero como novelista Umberto Eco me parece un grandísimo semiólogo.

5/2/07  
Blogger Darabuc ha dicho...

Inspeculum, algo parecido pensé con el principio de Baudolino: que como escritor es un gran filólogo. (O al menos, ahora al leerte me doy cuenta de que era una buena forma de pensarlo.)

5/2/07  

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