Nadie nada nunca
No hay, al principio, nada. Nada. El río liso,dorado, sin una sola arruga, y detrás, baja, polvorienta, en pleno sol, su barranca cayendo suave, medio comida por el agua, la isla. El Gato se retira de la ventana, que queda vacía, y busca, de sobre las baldosas coloradas, los cigarrillos y los fósforos. Acuclillado, enciende un cigarrillo, y , sin sacudirlo, entre el tumulto de humo de la primera bocanada, deja caer el fósforo que, al tocar las baldosas, de un modo súbito, se apaga. Vuelve a acodarse en la ventana: ahora ve al Ladeado, montado precario en el bayo amarillo, con las piernas cruzadas sobre el lomo para no mojarse los pantalones. El agua se arremolina contra el pecho del caballo. Va emergiendo, gradual, del agua, como con sacudones levísimos, discontinuos, hasta que las patas finas tocan la orilla.
Juan José Saer
Etiquetas: Inspeculum, Juan José Saer
3 comentarios:
yo lei las pesquisa de Saer , muy bueno queria que siguiera era re bueno.
saludos
buen comienzo
Muy bueno, sí.
Saludos
Engancha, mejor dicho: sin avales me engancha, aunque no nos des alguna opinión tuya al respecto -sé que no está nadie obligado-. Por eso,
gracias, inspeculum.
Un saludo,
Puri.
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