2.2.07

Lolita

Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: La punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.

Era Lo, sencillamente. Lo por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.

¿Tuvo Lolita una precursora? Naturalmente que la tuvo. En realidad, Lolita no hubiera podido existir para mí si un verano no hubiese amado a otra niña iniciática. En un principado junto al mar. ¿Cuándo? Tantos años antes de que naciera Lolita como tenía yo ese verano. Siempre puede uno contar con un asesino para una prosa fantástica.

Señoras y señores del jurado, la primera prueba es lo que los serafines, los errados, simples y noblemente alados serafines envidiaron. Mirad esta maraña de espinas.

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3 comentarios:

Blogger princesspea ha dicho...

Ole! Ole! y Ole!
Este principio es uno de mis preferidos.

2/2/07  
Blogger Olves ha dicho...

Para mí, es perfecto.

Un saludo

3/2/07  
Blogger Inspeculum ha dicho...

Nabokov me cae mal como persona, pero este arranque es glorioso.

5/2/07  

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