La vida y las opiniones del caballero Tristram Shandy
Capítulo uno
Laurence Sterne, Tristram Shandy.
Alfaguara, 1999. Traducción y prólogo de Javier Marías
Ojalá mi padre o mi madre, o mejor dicho ambos, hubieran sido más conscientes, mientras los dos se afanaban por igual en el cumplimiento de sus obligaciones, de lo que se traían entre manos cuando me engendraron; si hubieran tenido debidamente presente cuántas cosas dependían de lo que estaban haciendo en aquel momento: - que no solo estaba en juego la creación de un Ser racional sino que también, posiblemente, la feliz formación y constitución de su cuerpo, tal vez su genio y hasta la naturaleza de su mente;- y que incluso, en contra de lo que ellos creían, la suerte de toda la casa podía tomar uno u otro rumbo según los humores y disposiciones que entonces predominaran: - si hubieran sopesado y considerado todo eso como es debido, y procedido en consecuencia, - estoy francamente convencido de que yo habría hecho en el mundo un papel completamente distinto de aquel en el que es muy probable que el lector me vea.
Laurence Sterne, Tristram Shandy.
Alfaguara, 1999. Traducción y prólogo de Javier Marías
Etiquetas: Emma Bukowski, Laurence Sterne
7 comentarios:
Este principio, a la vista de todo el texto, es magia, amigos. Uno de mis preferidos. (Que me lo has extraperlado, Emma)
Saludos
A.
Estupenda traducción, además.
Es genial la ironía que respira el texto.
Guardadito me lo tenía para el primer rato libre de hoy, Inspeculum.
Quid pro quo por Murakami... aunque me gusta más Sterne.
Lo leí hace más de veinte años. Lo dejé a un amigo... y el libro se acabó perdiendo, o desapareciendo o no se sabe qué pasó, y la perdida me causó mucho malestar. Jamás lo recuperé. Tengo una memoria visual y olfativa del tiempo en que lo leí, un agosto vacacional en una casa alquilada en una playa tranquila.
Un libro curioso por la forma, por el estilo... Tengo un recuerdo vago y a la vez claro porque no recuerdo el argumento pero recuerdo la sensación que me dejaba la lectura, y era la de estar leyendo algo muy original y diferente.
ríete tú de las vanguardias, señor Sterne!!
Mil gracias por este principio. Tengo apuntado este libro en la lista de los que deseo leer; ahora me lo has recordado y además me das más motivos.
Y encima resulta que la traducción es buena y de Javier Marías, genial.
Un saludo
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