7.2.07

El barón rampante

Fue el 15 de junio de 1767 cuando Cosimo Piovasco di Rondó, mi hermano, se sentó por última vez entre nosotros. Lo recuerdo como si fuera hoy. Estábamos en el comedor de nuestra villa de Ombrosa, las ventanas enmarcaban las tupidas ramas del gran acebo del parque. Era mediodía, y nuestra familia, siguiendo una antigua tradición, se sentaba a la mesa a esa hora, pese a que ya cundía entre los nobles la moda, llegada de la poco madrugadora Corte de Francia, de almorzar a media tarde. Soplaba un viento del mar, recuerdo, y se movían las hojas. Cosimo dijo:

- ¡He dicho que no quiero y no quiero! - y rechazó el plato de caracoles. Jamás se había visto desobediencia más grave.

Italo Calvino

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2 comentarios:

Blogger Ale ha dicho...

Ayer tuve este libro en la mano decidiendo si lo iba a releer. Ahora sí, lo releo.

7/2/07  
Blogger claurus ha dicho...

Un amigo me propuso hace años un homenaje a Italo Calvino, denominado "De copas en las copas", consistía en quedar en un arbol y tomarnos una botella de buen vino mientras hablabamos de la literatura de este y otros autores. Como casi todas las ideas que surgen entre vapores de alcohol, se diluyó con el tiempo. Pero permanece en mi memoria. Escribí un breve comentario en mi blog, por si a alguien le apetece:
http://biblioactiva.com/?p=64

8/2/07  

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