Alicia en el país de las maravillas

Alicia empezaba a estar harta de seguir tanto rato sentada en la orilla, junto a su hermana, sin hacer nada: una o dos veces se había asomado al libro que su hermana estaba leyendo, pero no tenía ilustraciones ni diálogos, "¿y de qué sirve un libro - pensó Alicia - si no tiene ilustraciones ni diálogos?".
Así que estaba considerando (como mejor podía, pues el intenso calor la hacía sentirse muy torpe y adormilada) si la delicia de tejer una guirnalda de margaritas le compensaría de la molestia de incorporarse y recoger las flores, cuando de pronto un Conejo Blanco de ojos rosados pasó velozmente a su lado.
Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas
Traducción de Luis Maristany. Vicens Vives, 1988
Ilustración original de John Tenniel
Etiquetas: Emma Bukowski, Lewis Carroll
2 comentarios:
Vaya, esta vez te has adelantado tú, pensaba postear este principio esta tarde...
Como principio no me parece nada excepcional, pero creo, en cambio, que todo lo que se diga de este libro es poco.
Saludos.
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